El Tratado de Versalles |
Para entender las causas del conflicto hay que tener en cuenta la manera en que se puso fin a la Primera Guerra Mundial.
La Paz de Versalles (1919) se redactó atendiendo únicamente a los intereses de los vencedores (Francia, Reino Unido, Estados Unidos e Italia).
A lo largo de la década de los 30 Hitler no cesó de denunciar el humillante trato que Alemania había recibido, despojada de su ejército, eliminada su condición de gran potencia y obligada a pagar exorbitantes sumas en concepto de reparación de guerra.
Alemania hubo de asumir importantes pérdidas territoriales en favor de Francia (Alsacia y Lorena). La región del Sarre permaneció durante 15 años bajo el control de la Sociedad de Naciones, administrada por Francia. En su parte oriental, hubo de ceder Prusia Oriental y Silesia a Polonia. La región de Renania fue declarada zona desmilitarizada. Danzing fue establecida como una ciudad estado autónoma bajo tutela de la Sociedad de Naciones y el control de Polonia.
Caricatura de 1929 que
representa a Alemania como un paciente aquejado de diversos males y
atendida por un perverso doctor judío. Cada vendaje hace alusión a un
tratado internacional y la sangre que vierte en el cubo se refiere a
reparaciones de guerra. La traducción del texto sería: "Puedo
administrarle otra inyección. En el estado en que se encuentra no
sentirá nada".
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Las exorbitantes indemnizaciones
que Alemania hubo de transferir a los vencedores, lastraron durante
años su economía. Imposibilitada para atender los pagos y sometida a una
creciente depreciación de su moneda, se convirtió en pasto de una
galopante hiperinflación, que alcanzó su punto álgido en 1923.
La República de Weimar (1919-1933) desarrolló su andadura inmersa en una situación de extrema inestabilidad, alentada por la agitación del nazismo hitleriano.
La República de Weimar (1919-1933) desarrolló su andadura inmersa en una situación de extrema inestabilidad, alentada por la agitación del nazismo hitleriano.
Hiperinflación alemana. Un hombre empapela con billetes una pared. 1923
El intransigente papel jugado por Francia frente a Alemania agravó aún más las tensiones que sacudían a Europa.
El Imperio Austro-Húngaro desapareció como tal. Austria quedó reducida a un pequeño estado de lengua germana, quedando expresamente prohibida su unión con Alemania. Hungría perdió la zona de Transilvania en favor de Rumanía. De las ruinas del imperio surgirá Yugoslavia (compuesta por serbios, croatas y eslovenos). También Checoslovaquia,
que encerraría en su seno graves problemas étnico-lingüísticos como el
de los sudetes, objetivo del expansionismo nazi años más tarde.
Rusia hubo de admitir en 1918 la independencia de las repúblicas bálticas de Estonia, Letonia y Lituania.
Italia, que había obtenido del Imperio Austro-Húngaro diversos territorios (Trieste, Istria, Trentino Alto Adigio y varias islas de Dalmacia), no quedó satisfecha con las condiciones de la paz. A partir de 1918, Mussolini, demandaría protagonismo internacional para su país, así como concesiones territoriales en África y los Balcanes.
Este escenario político se vio agravado por una fuerte atonía económica. Se intentó paliar por medio de acuerdos internacionales que afrontaran el espinoso asunto de las reparaciones de guerra. Fruto de ese esfuerzo surgió el Plan Dawes (1924), seguido del Plan Young (1929). Ambos sirvieron, al menos, para reactivar momentáneamente la economía.
Sin embargo, el Crac de la bolsa de Nueva York en 1929, dio al traste con las esperanzas depositadas en una sólida y prolongada recuperación económica.
Causas o Factores de origen del
Conflicto: En
primer lugar, la Segunda Guerra Mundial surgió en función del enfrentamiento
entre ideologías que amparaban sistemas político—económicos opuestos. A
diferencia de la guerra anterior, enmarcada en un solo sistema predominante —el
liberalismo capitalista, común a los dos bandos—, en el segundo conflicto
mundial se enfrentaron tres ideologías contrarias: el liberalismo democrático,
el nazi—fascismo y el comunismo soviético. Estos dos últimos sistemas, no
obstante ser contrarios entre sí, tenían en común la organización del Estado
fuerte y totalitario y el culto a la personalidad de un líder carismático,
características opuestas al liberalismo que postula la democracia como forma de
gobierno y la libertad e igualdad de los individuos como forma de sociedad.
En
segundo lugar estaban los problemas étnicos que, presentes desde siglos atrás,
se fueron haciendo más graves al llevarse a efecto las modificaciones
fronterizas creadas por el Tratado de Versalles, que afectaron negativamente
sobre todo a Alemania y a Austria —naciones pobladas por germanos— y redujeron
de manera considerable sus territorios.
Este hecho fue determinante para
difundir en esos pueblos el sentimiento de superioridad de la raza germana
—identificada por Adolfo Hitler como “raza aria” de acuerdo con una idea
desarrollada en la filosofía alemana del siglo XIX— frente a los grupos
raciales, principalmente los judíos que controlaban la economía capitalista, y
quienes, según la perspectiva de los nazis, habían dividido a los pueblos
germanos e interrumpido su desarrollo económico.
Por
otra parte, la insistencia de Hitler por evitar el cumplimiento del
Tratado de
Versalles provocó diferentes reacciones entre los países vencedores: Francia,
que temía una nueva agresión de Alemania, quería evitar a toda costa que
resurgiera el poderío bélico de la nación vecina. En cambio, el gobierno
británico y el de Estados Unidos subestimaban el peligro que el rearme alemán
representaba para la seguridad colectiva; consideraban que el Tratado de
Versalles había sido demasiado injusto, y veían con simpatía la tendencia
anticomunista adoptada por la Alemania nazi, porque podría significar una
barrera capaz de detener el expansionismo soviético hacia Europa, calificado
entonces por las democracias occidentales como un peligro mayor y mucho más
grave que el propio nazismo. A causa de ese temor al comunismo, el gobierno
británico adoptó una política de “apaciguamiento” respecto al expansionismo
alemán, bajo la idea de que al hacer concesiones a Hitler podría evitarse una
nueva guerra y se obtendría, además, su colaboración contra el peligro
soviético.
En
tercer lugar, en la década de los años treinta la situación del mundo era muy
distinta a la de 1914. Aparte de los trastornos ocasionados por la crisis
económica iniciada en Estados Unidos, aún persistían los efectos devastadores de
la Primera Guerra Mundial, que había producido una enorme transformación en
todos los ámbitos de la vida humana y originado grandes crisis en prácticamente
todos los países de la Tierra. Además, la secuela de tensiones internacionales
que ese conflicto produjo, preparaban el camino para una nueva guerra, no
obstante los intentos de la Sociedad de Naciones por evitarla. Por esta razón,
puede decirse que la Segunda Guerra Mundial se originó directamente de la
Primera; de ahí que ambos conflictos, enlazados por el periodo de entreguerras,
constituyan lo que se considera como la “Segunda Guerra de los Treinta Años” en
la historia moderna de la humanidad.
La crisis económica de la década
de 1930 había estimulado a Japón a sustituir a Europa en el Lejano Oriente y a
construir lo que ellos mismos llamaban «la gran Asia Oriental«, dominada por el
nuevo orden japonés. Así, Japón inició una política expansionista que tenía un
doble objetivo. Por un lado, controlar territorios para extraer materias primas
y dominar sus exportaciones, y, por otro, reabsorber la crisis industrial
mediante los encargos de armamento. La expansión «pacífica» de los años veinte
se convirtió en la década de los treinta en expansión militar, que se inició en
1931 con la invasión de Manchuria, que se convirtió en Manchukuo, un estado
satélite del Japón. La guerra en el Lejano Oriente comenzó, en realidad, en
1937, cuando se generalizó el conflicto chino japonés, y tuvo su momento
decisivo en 1941, con el ataque a la base norte-americana de Pearl Harbour.
A
semejanza de la Primera Guerra Mundial, la Segunda se presenta en dos fases:
a)
desde 1939 a 1941 cuando se desarrolla fundamentalmente en Europa y muestra una
orientación favorable a las potencias del Eje;
b) desde 1942 a 1945, cuando la guerra adquiere dimensiones mundiales y paulatinamente pasa a ser favorables a los países aliados encabezados por Gran Bretaña, EE.UU. y URSS.
b) desde 1942 a 1945, cuando la guerra adquiere dimensiones mundiales y paulatinamente pasa a ser favorables a los países aliados encabezados por Gran Bretaña, EE.UU. y URSS.
http://www.claseshistoria.com/2guerramundial/causas-versalles.html
http://www.portalplanetasedna.com.ar/guerras2_1.htm
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